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Llegó el verano y es momento de cuidar a quienes más sufren los cambios de temperatura. En este sentido, los adultos mayores deben cuidarse especialmente en aquellos días de calor, en los que las condiciones pueden generar consecuencias y malestares tales como la deshidratación.
“El golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo por exposición a altas sensaciones térmicas, que puede ser provocada por una estancia prolongada al sol o por la realización de ejercicios vigorosos en ambientes con poca ventilación o muy calurosos”, señaló el Dr. Julio Bruetman, Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Británico.
Estas situaciones de mucho calor pueden llevar a la que la persona sufra una rápida pérdida de líquido y sales corporales que son esenciales para la vida. Un cuadro así puede dar lugar a una deshidratación, lo que daña el buen funcionamiento del organismo y genera diversos síntomas. Según el especialista del Hospital Británico, algunos de ellos son:
- Sed y boca pastosa o seca
- Aumento de la temperatura del cuerpo por encima de lo normal
- Sudoración excesiva
- Sensación de sofoco
- Disminución de la sensación de orinar
- Debilidad
- Desmayos, mareos o convulsiones
- Calambres
- Piel seca
- Nauseas y/o falta de hambre
- Dolor de cabeza o embotamiento
- Confusión
“La deshidratación puede suceder en cualquier grupo etario, pero tienen más probabilidad de padecerlo, y aún en formas más graves, los adultos mayores y los niños y niñas”, aclaró el Dr. Bruetman.
En el caso de las personas mayores, la regulación del agua, sales y temperatura se modifican con el envejecimiento. También puede suceder que la sensación de sed esté disminuida y la liberación de calor ante temperaturas extremas sea más lenta e inadecuada. Por eso el control de la temperatura corporal es menos preciso y se necesitan temperaturas muy altas para que la persona reconozca el calor. “Esto es lo que pone en riesgo a la persona mayor, fundamentalmente a los más frágiles -mayores de 75 años-, ya que pueden llegar rápidamente a la deshidratación por tener dificultades para reconocer las altas temperaturas y, por lo tanto, no tomar la cantidad de líquido necesario para esas circunstancias.
El golpe de calor se da en el momento del sofoco (agudo) o con el correr de los días (subagudo). Lo que debemos hacer cuando sospechamos que estamos sufriendo esta situación es actuar rápidamente bajando la temperatura corporal con una ducha de agua fría, paños fríos o hielo. Además, iniciar la rehidratación por boca con agua en pequeñas cantidades y llevar a la persona, que quedará en reposo, a un lugar fresco y con buena circulación de aire. Frente a estas situaciones, están contraindicados los medicamentos para bajar la temperatura.
Si el paciente luce grave, no mejora o no tolera los líquidos por boca, deberá ser trasladado a la guardia de forma inmediata. Además, es importante poder prevenir el golpe de calor y, para eso, es importante seguir algunos consejos. Según el Dr. Quezel, se debe:
- Ingerir abundante líquido
- Ofrecer líquido a los adultos mayores de forma constante
- Comer frutas y verduras
- No abusar del té, café, bebidas cola
- Evitar bebidas muy calientes
- Evitar la ingesta de alcohol
- Usar ropa de algodón, clara y holgada
- Darse baños frecuentes
- Evitar la exposición solar
- Elegir una estancia en lugares frescos y ventilados
Desde el Hospital Británico remarcan que, siguiendo estas indicaciones, podremos evitar con éxito el golpe de calor en nuestros adultos mayores, cuidando y preservando su buena calidad de vida.