Desde mediados del siglo pasado, se comenzó a documentar que los pacientes que se trataban en los hospitales, corrían riesgo de adquirir infecciones como consecuencia no deseada de los diversos procedimientos invasivos y tratamientos agresivos a los que se sometían. Aquellos hospitales que tomaban medidas preventivas para controlar las infecciones hospitalarias (IH), registraban una menor incidencia de las mismas. Posteriormente, y mucho más a través de progresos alcanzados este siglo, se pudo demostrar que un porcentaje considerable de las IH son prevenibles si se desarrollan Programas de Epidemiología Hospitalaria adecuados para resolver este problema de modo integral. En cuanto al uso de antimicrobianos sabemos que el uso inapropiado es responsable, entre otros efectos indeseables, de la emergencia de resistencia bacteriana. Los antibióticos son fármacos muy utilizados en los pacientes internados; muchas de las prescripciones de los mismos pueden optimizarse a través de programas específicos y a través de ello disminuir o controlar el problema de la resistencia. Hoy la OMS lidera la preocupación mundial y los esfuerzos dirigidos a optimizar el consumo de los antimicrobianos y consecuentemente a controlar la generación y difusión de la resistencia.
Por ello nuestro hospital a través del Servicio de Infectología, cuenta con nuestro Programa de Epidemiología Hospitalaria integrado por 3 subprogramas interrelacionados y complementarios: Programa de Control de Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud, Programa de Control del Uso de Antimicrobianos (AMB), y Programa de Vigilancia y Control de Bacterias Multiresistentes (BMR) y diarrea por Clostridium difficile (DACD). Esta última suele ser consecuencia indeseable del consumo de antibióticos. Estos programas son desarrollados, en equipo, por los médicos infectólogos y nuestras tres Enfermeras en Control de Infecciones (ECI). Sus objetivos: minimizar las IH, optimizar el consumo de AMB, y minimizar la generación y difusión de BMR y DACD. Estas actividades epidemiológicas son recomendadas internacionalmente por la OMS, Comunidad Europea, CDC, Joint Commission International entre otras, y a nivel nacional por SADI, ADECI, y el MSN (Ministerio de Salud de la Nación). Estos objetivos están claramente alineados con los objetivos de las políticas institucionales de Calidad de Atención Médica y Seguridad del Paciente.
Nuestro Programa de Control de Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud integra múltiples actividades de vigilancia de Infecciones, normatización, docencia, asesoramiento a los diversos sectores del hospital, investigaciones, etc. Cuando comparamos nuestras tasas de infecciones adquiridas en la institución con las publicadas por el Ministerio de Salud de nuestro país (Programa VIHDA) y las publicadas por el National Healthcare Safety Network o NHSN (CDC/ USA), constatamos que las mismas suelen ser en su mayoría las tasas más bajas que se pueden obtener aplicando los conocimientos y herramientas disponibles en la actualidad.
Nuestro Programa de Control del Uso de Antimicrobianos se compone de varias actividades, dentro de las que jerarquizamos el control diario de las prescripciones de AMB de todos los pacientes internados, la vigilancia continua del consumo de los mismos, la presencia activa del Servicio de Infectología para las consultas sobre prescripciones de AMB, la elaboración y difusión de guías de profilaxis y tratamiento, y docencia programada e incidental a los profesionales del hospital. Este programa ha tenido éxito significativo tal como muestran las curvas de consumo a los largo de los años, tanto los consumos globales de toda la institución, como los consumos en las áreas críticas.
En cuanto a nuestro Programa de Vigilancia y Control de BMR y DACD, podemos decir que está diseñado para prevenir la adquisición de las mismas por los pacientes. Entre las actividades fundamentales jerarquizamos la vigilancia de la portación asintomática de estos microorganismos, la vigilancia del cumplimiento del protocolo correspondiente, la instrumentación de medidas de aislamiento apropiadas para estos casos, y la vigilancia de la adherencia a la higiene ambiental para eliminar los reservorios ambientales de estas bacterias. Los datos de la vigilancia continua que realizamos desde hace varios años nos orientan a concluir razonablemente que la resistencia bacteriana en nuestro hospital es un fenómeno bajo control.